sábado, 24 de mayo de 2025

La pérdida.

 

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.
 

Si hablamos de universos, la mente estaría conformada por un gran cúmulo de galaxias y estrellas. Quizás y solo tal vez, podamos decir que tiene su propio mundo que es capaz de controlar y ejercer  fuerzas invisibles, de manipular la realidad a su antojo y de hacernos creer que algo es... cuando en realidad no lo es. 

Te preguntaras: ¿es realmente asombroso o catastrófico? Podrías así mismo decir que tiene un poco de ambas. Pero si aun no te decides, detrás de cada misterio de este mundo encontramos siempre a alguien que decide explorarlo. En este caso será Oliver Sacks con su libro "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero"  que nos relata varios ejemplos de historias reales que parecen ficción.

La primera parte llamada PERDIDA nos hace ver que a causa de los daños neurológicos pueden haber perdidas en funciones esenciales de la identidad. A continuación dos casos y algunas reflexiones.

El Dr.P sufre de agnosia visual que le impide reconocer rostros ni objetos familiares, "No era capaz de ver la totalidad, solo veía detalles, rasgos aislados..."dice Sacks. No les daba un significado emocional o funcional. Lo que podemos deducir es que actuaba como una máquina. 

No cabe duda que las personas en su conjunto no solo somos mecanizadas para actuar. Somos también seres que sienten y valorar. Y así como el Dr.P no era consciente de su necesidad, nosotros muchas veces tampoco lo somos. Solo vivimos, sin detenernos a entender lo que percibimos.


Otro caso que encontramos es:

Los pacientes de una institución al oír al presidente dar un discurso se ríen aunque no entienden las palabras, captan el tono y comprenden que los gestos que hacen no coinciden con el contenido de su discurso. Lo que podemos deducir es que el tono emocional y corporal pueden comunicar mucho más que las palabras. Y he ahí, donde la AFASIA Y AGNOSIA MUSICAL de estos pacientes entra en juego.

Si el lector me lo permite, tal vez nosotros los que creemos que no hemos perdido aparentemente somos los que muchas veces menos consientes somos que la expresión de las palabras es la que dice la verdad. Y pocos son lo que entienden lo manipulador que puede llegar a ser un discurso que dice muchas cosas, pero que a la vez es vacío.

Y no, a lo mejor la mente no es tan catastrófica como lo solemos pensar. Quizás solo quiere mostrarnos de lo que somos capaces incluso sin  haber tenido una perdida evidente. Solo espero que haya un impulso en enfocarnos mas allá de lo que vemos a primera vista, en sentir, percibir, entender, y sobre todo, en ser consientes.


Nota final.

Después de analizar lo anterior y para aclarar. No se busca comparar directamente estas experiencias ni restarles profundidad. La intención es mirarnos a través de esos espejos y preguntarnos si, incluso sin haber sufrido una perdida evidente hay cosas que hemos dejado de percibir, de sentir o de comprender del todo.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mientras hay vida, hay esperanza.

Hay frases que se clavan suavemente, como una semilla que germina con el tiempo. En La teoría del todo , Stephen Hawking lanza una de esas v...