El sol y sus flores
-Rupi Kaur.
Sigo sin encontrar las palabras adecuadas para empezar, aún no encuentro cómo expresar lo que quiero, sin incluirme en lo que escribo, sin entregarme por completo a ellas, a esas mujeres que han sentido tanto como yo. Quizás porque estas no son solo letras, son historia, que se han convertido en un refugio.
Entre tantos casos, entre miles de desastres interiores que nos consumen y nos arraigan a la temida soledad. Una soledad que, sin habernos dado cuenta, ha sido tan necesaria que no supimos entenderla hasta ahora. Cada día son situaciones diversas, donde las emociones carecen de nombre, los vacíos no tienen estructuras fijas y nuestros miedos están al borde de toda normalidad. En ese lugar incierto, nuestra manera de encontrarnos se vuelve cada vez más difusa, como si la mente se desconectara del cuerpo. Los pensamientos no razonaran, solo acontecieran con tanta fuerza que causaran dolor...
Y entonces aparece el silencio y sale a flote, el cual hace estremecer, abarcando todo y a la vez, quizás nada. En él encuentro la más íntima relación que existe y quién deja en descubierto una simple verdad inevitable:
"La manera en que hablas de ti misma y la manera en que te degradas y te vuelves pequeña es abuso"
-Rupi Kaur.
Sin embargo, hay tanto ruido dentro de ese silencio, y tanta soledad que clama susurrando: "busca encontrarte de todas las maneras posibles, y amarte". Amarte tanto que solo sepas hacer eso, incluso cuando no lo crees posible. No busques construir en otro lugar que no sea en ese precioso mundo que eres tú, luchando para sobrevivir y para no soltarte... para así, finalmente, poder estar de tu lado.
Una de las mujeres que ha marcado no solo libros, sino verdades, Es Rupi Kaur. Que, a pesar de todo, al elegir ser vulnerable y por ello, poderosa, a plasmado confidencias que son mucho más que arte: son amparo y fortaleza. En su libro, El sol y sus flores retrata el caos, la esperanza, el duelo, el amor, y el proceso que nos transforma. Que nos recuerda que somos únicas, inquebrantables y aún así dulcemente tiernas.
Y después de todas las comparaciones, frustraciones, la soledad, preguntas sin respuestas... todo lo que nos queda es hallar esas piezas y unirlas con tanta crudeza que nos permita reconocer que somos suficientes. Que somos un hogar.
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